Cuando las mujeres nos acercamos a los cincuenta años comenzamos a atravesar el portal que nos conduce a una nueva etapa en nuestra vida: la menopausia.
Palabra cargada en nuestra cultura de un peso que asusta y entristece,
pero que dista mucho de reflejar ese momento de sabiduría y renacimiento
que este nuevo ciclo femenino nos ofrece.
Por ello quiero aquí invitarlas a renombrar este ciclo vital,
esta visita a la Posada de la Abuela,
dándole el significado real que desde lo femenino podemos otorgarle.
Te propongo entonces que gestes tus propias palabras, 
las que te acerquen a este umbral desde un lugar más tuyo, 
aún con los temores y las dudas
y encuentres nuevas voces para renombrar este ciclo que se abre dentro tuyo.
Aquí las mías:

Señora del Devenir
Posada de sabiduría
Luna menguante
Renacimiento
Tiempo de rocío
Dones de mi sangre

Si lo deseas, puedes escribir tus palabras y compartirlas aquí debajo, en los comentarios. ¡Gracias por participar!

©
Germana Martin

TALLER A DISTANCIA "MENOPAUSIA: UN CAMINO HACIA LA PLENITUD", creado por Germana Martin



TALLER A DISTANCIA «MENOPAUSIA: UN CAMINO HACIA LA PLENITUD» ¡EN MODALIDAD LIBRE PARA QUE PUEDAS REALIZARLO SIGUIENDO TUS PROPIOS RITMOS Y NECESIDADES, EN TU COMPUTADORA Y SIN MOVERTE DE TU HOGAR, SIN IMPORTAR EL LUGAR DEL MUNDO EN QUE TE ENCUENTRES!

Cuando las mujeres nos acercamos a los cincuenta años comenzamos a atravesar el portal que nos conduce a una nueva etapa en nuestra vida: la Menopausia, palabra cargada en nuestra cultura de un peso que asusta y entristece y que dista mucho de reflejar el momento de sabiduría y renacimiento que este nuevo ciclo nos ofrece.
Si te encuentras próxima a esta etapa –premenopausia– o ya la estás transitando –menopausia y posmenopausia– quiero invitarte a vivenciar este nuevo ciclo vital de una manera diferente: más plena y enriquecedora, dándole el significado real que desde lo Femenino podemos otorgarle.


Además de compartir contigo abundante información y experiencias, trabajaremos desde la creatividad y el autoconocimiento para descubrir, comprender e integrar los cambios y transformaciones que se están operando en todos los planos de tu ser (físico, emocional, mental y espiritual).
A través de meditaciones guiadas y diversos ejercicios, historias y mitos, canciones y poemas, lograremos que este momento de tu vida se torne nutricio y transformador en el camino de ser plenamente tú misma.


MODALIDAD LIBRE
En esta modalidad serás tú misma quien vaya descubriendo y experimentando las propuestas de trabajo. Podrás realizarlas con facilidad pues todas ellas son muy claras, con actividades variadas y dinámicas, elaboradas para que puedas abordarlas sin ninguna dificultad.
Si bien el taller ha sido organizado para realizarlo en el transcurso de 1 mes, sólo tú serás la protagonista de esta experiencia y podrás transitarla siguiendo tus propios ritmos. Luego de recibir todo el Material de Trabajo podrás comenzar el taller en el momento que desees. Al no tener que entregar tareas ni tener sesiones online, podrás manejar tus tiempos de una manera absolutamente personal que te permitirá fluir naturalmente y en armonía con tus ciclos, deseos y necesidades. Luego de finalizarlo podrás recorrer nuevamente este viaje en espiral, de aprendizaje y vivencias transformadoras, cuantas veces quieras pues tendrás el material para siempre en tu computadora.

MATERIAL DE TRABAJO
Al comenzar el taller las participantes recibirán:
- El Cuaderno/Taller «Menopausia: Un Camino hacia la Plenitud», que será el hilo conductor pues en él encontrarán todas las propuestas y actividades del taller. En un archivo PDF listo para su impresión en alta calidad.
- El Cuadernillo de Lecturas Complementarias, con textos informativos que les permitirá profundizar los diversos contenidos del taller. En otro archivo PDF, también preparado para su impresión en alta calidad.
- Música para acompañar las actividades. En archivos mp3.


PRECIOS
Modalidad Libre


Argentina: $500,00.- (500 pesos argentinos).
Europa: €30,00.- (30 euros).
América y Resto del Mundo: U$D35.00.- (35 dólares estadounidenses)


¡Las mujeres que residen fuera de la Argentina cuentan con PayPal y Western Union como medios de pago!

Para obtener más información y poder acceder al taller, escribe a:

palabrachamanica.info@gmail.com

Por favor, indica tu nombre y país de residencia, además del nombre del taller que quieres realizar.

¡Me encantará atravesar junto a ti el Portal Iniciático de la Menopausia y caminar contigo este nuevo sendero de transformación que te llevará a convertirte en una Mujer Plena!
¡Un cálido abrazo!


Germana Martin

Arte: Jeanne Fry

MUJERES SIN CICLO QUE DANZAN CON LA LUNA por Miranda Gray

Durante la menopausia, cuando dejan de afectarnos los cambios hormonales cíclicos, el ciclo lunar se vuelve más importante e influyente. Las mujeres que siempre hayan tenido ciclos irregulares, o un ciclo con tendencias opuestas a las energías arquetípicas del ciclo lunar (ovulando en la luna nueva), finalmente tienen la oportunidad de vivir alineadas con las energías arquetípicas de la luna. Si bien a medida que se adentran en la fase de la posmenopausia puede que no sean conscientes del tránsito hacia la alineación lunar, si comienzan a vivir conscientemente en sintonía con el ritmo de la luna, sus arquetipos femeninos se vuelven más accesibles y equilibrados y les suscitan sentimientos de plentidud.
Cualquier mujer sin ciclo, incluidas las mujeres posmenopáusicas, las embarazadas, las que sigan un tratamiento anticonceptivo, las que no tengan útero, así como las que presenten ciclos irregulares... puede vivir en armonía con los cuatro arquetipos femeninos danzando el ciclo de la luna. Esto significa vivir sus vidas llevando a cabo actividades que resuenen con el arquetipo de la fase lunar en la que se encuentre la luna.

Recorrer el ciclo de la luna: la fase de la Anciana
Tres días antes y después de la luna nueva
Las energías de la Anciana son más intensas durante la luna nueva, y al cabo de unos días van transformándose en las energías dinámicas de la Doncella. Al igual que una mujer con un ciclo menstrual, descansamos durante la oscuridad de las energías de la Anciana y utilizamos este tiempo para meditar, reflexionar y sentirnos conectadas con la unidad del universo. Nos movemos despacio, tomamos comidas sencillas y dedicamos un tiempo para recibir orientación interna.

Recorrer el ciclo de la luna: la fase de la Doncella
Tres días después de la luna nueva y tres días antes de la luna llena
La luna creciente aparece en el cielo entre un día y medio y tres días y medio después de la luna nueva, dependiendo de la orientación de la Tierra y el Sol, y con ella comienzan a fluir las energías de la Doncella. Al principio se mueven despacio como en el ciclo menstrual y podemos experimentar unos «días de transición» en los que sintamos en nuestro interior tanto las energías de la Anciana como las de la Doncella. Con la luz iluminando el rostro de la luna, comenzamos a estar cada vez más activas en el mundo, haciendo ejercicio, iniciando proyectos y aprendiendo cosas nuevas. Al igual que una mujer en su fase preovulatoria, ¡somos multitareas y retomamos las actividades mundanas con confianza!

Recorrer el ciclo de la luna: la fase de la Madre
Tres días antes y después de la luna llena
Las energías de la Madre son más fuertes durante los días de luna llena, y al cabo de unos días comienzan a cambiar hacia las energías de la Hechicera, cada vez más introspectivas. Al igual que la fase ovulatoria, esta fase nos trae energías de plenitud, resplandor, amor y cuidados. Es tiempo de conectar con otros y ofrecerlos apoyo y afecto, así como de mostrar nuestro amor y nuestro agradecimiento. Nos movemos con gracia sensual, tocando a los demás, plenas y satisfechas. 

Recorrer el ciclo de la luna: la fase de la Hechicera
Tres días después de la luna llena y tres días antes de la luna nueva
La imagen de la luna menguante resuena profundamente en nuestro interior, y es una imagen de magia y oscuridad. Anuncia un tiempo de descanso, espiritualidad, intuición y creatividad inspirada crecientes. Al igual que una mujer premenstrual, tenemos acceso a una sensibilidad sexual, a una mayor quietud interior y al deseo de expresar la espiritualidad y creatividad que fluye en nosotras.

Miranda Gray
El Despertar de la Energía Femenina
Arte:Tamara Adams

Menopausia





En su primera menstruación, una mujer descubre su poder.
Durante sus años menstruales, practica su poder.
En la menopausia, se convierte en su poder.

Sabiduría tradicional nativoamericana

Imagen: fotografía tomada de la Web, se desconoce su autoría.

Las Tres Etapas de la Vida de la Mujer por Jean Shinoda Bolen


Considero la doncella, madre y anciana, las tres facetas de la diosa tripartita, los estadios de la vida de una mujer con indiferencia de que haya dado a luz o no. La mayoría de las mujeres pasan la etapa de doncella sin comprometerse y se dedican a catar la vida; cambiando de trabajo y de estudios o probando y descartando relaciones. El arquetipo es el de la puella eterna, la eterna niña. Con el control de natalidad y la autonomía que tienen la mayoría de las jóvenes, la fase de doncella actualmente puede prolongarse décadas, hasta alcanzar la edad en la que antiguamente las mujeres se
convertían en madres. También pueden permanecer en la fase de doncella incluso cuando se convierten en madres biológicas, si no son maternales, responsables o maduras.
A veces me refiero a las tres facetas como "doncella, madre (o matrona) y anciana" o "mujer joven, mujer madura y mujer sabia" para demostrar que no hace falta que una mujer se convierta en madre biológica en la segunda fase, si bien "madre" es una metáfora apropiada para lo que normalmente implica la segunda fase. En la segunda fase las mujeres toman compromisos y, al asumirlos, maduran. El compromiso podría ser con una persona, una profesión, una causa o un talento: cualquier cosa que sea importante en el ámbito personal. Los hijos (y cualquier compromiso significativo) conllevan más esfuerzo y devoción de los que la mayoría de mujeres se esperan, al tiempo que son una fuente de alegría y sufrimiento, y un impulso para el crecimiento y la creatividad. Esta segunda etapa es la de la entrega y el esfuerzo activo.
La mayoría de las mujeres entra en la tercera etapa de la mujer sabia o vieja sólo después de haberse apartado de las preocupaciones de la etapa anterior y de haberse retraído en sí mismas. Los cambios hormonales y los síntomas de la menopausia a menudo hacen que entendamos el entrar en la tercera etapa de manera fisiológica (si bien el cese de la menstruación no implica convertirse en una mujer sabia, ni tampoco llevar el tipo de vida de una mujer que está viviendo su tercera etapa). Los estadios psicológicos de la doncella, la madre y la anciana ya no están estrictamente relacionados con la edad. Las mujeres que han tenido los hijos tarde respecto a su época fértil o los han adoptado tarde siguen muy ocupadas con los compromisos de la segunda etapa. Entran en la menopausia con los hijos en la educación primaria o iniciando la adolescencia, y puede que deseen replegarse en sí mismas justo cuando los demás les reclaman una mayor atención. Las mujeres que retomaron los estudios a mediana edad o cambiaron de profesión quizá se vean inmersas en nuevas trayectorias profesionales y en la menopausia al mismo tiempo. Generalmente la menopausia coincide con un cambio de rumbo: el último hijo abandona el hogar, y la jubilación anticipada no está muy lejana. Con el inicio de la menopausia, cada acontecimiento provocará cambios profundos tanto en la psique como en el cuerpo.
Es en la tercera etapa de la vida de una mujer cuando los arquetipos de la diosa anciana se dan a conocer de forma natural. Cuando una nueva etapa de la vida activa sus arquetipos, lo hace con vitalidad y energía. Por consiguiente, cuanto más nos conozcamos en este estadio de la vida, más fácil será activarlos. Cuanto más despierten nuestro interés, y cuanto más simbolicen la madurez de nuestros propósitos y pensamientos independientes, más calarán en nuestro interior. Conocer sus nombres, imágenes, características e historias es importante (y por eso los describiré en los capítulos
siguientes), porque este conocimiento les da vida en nuestra imaginación, a la par que nos ofrece un vocabulario para expresar las cosas que ya estamos sintiendo.
Cuando oigo a alguna mujer llamar a sus sofocos «olas de energía», me choca que nuestro sentido del humor supere a esa actitud vagamente aprensiva que mostramos hacia la menopausia. ¿Qué pasaría si cada vez que una mujer tuviera un sofoco, sintiera realmente una ola de energía (como si sus arquetipos de sabiduría y autoridad interior fueran activados)?

Jean Shinoda Bolen
Las Diosas de la Mujer Madura
Arte: Leticia Banegas

Menopausia de mi diosa


Ya no pariré 
gigantes de ojos azules
y manos como estrellas
Me hundiré hacia el centro
de mi oscura tormenta,
este mar de mi sangre
añorada y revuelta.

Montada sobre el fuego
gestaré en un destello
la mujer que me espera:
vasija del silencio
toda ánfora y plena.

©Germana Martin

La bella imagen es del artista búlgaro Valeri Tsenov.

Tibia Gruta (a mi menopausia), poema de Germana Martin


Mi cuenco se abre
en pétalos de luna nueva.

El hilo de mi sangre
sólo borda cielos y palabras
dentro de mí.

Todo queda allí,
en mi tibia gruta,
útero profundo
donde desciendo
y vuelo.

©Germana Martin


Detalle de una obra del pintor francés Paul Gauguin "Mujeres de Tahití" o "En la playa", 
pintado en 1.891.
Se encuentra en el Museo de Orsay en París.

Mi menopausia, poema de Graciela Covre ¡Gracias!

El sol se apodera de mí,
calienta mi cuerpo,
enciende el alma...
Estoy ahí...en el umbral...y

la luna en el horizonte se deshoja...

Miles de mariposas extraen la madeja de mis andanzas...
Hago el ovillo del tamaño que puedo...
Nuevas hebras fortalecidas me sorprenden
en la magia de una
nueva trama....
Nuevos tiempos maduran el tejido,
otros soles y otras lunas impulsan círculos
de una nueva danza
esta danza que me toca
plagada de miel y sabiduría.

Graciela Covre

La bella imagen es de Freydoon Rassouli.

El Proposito Espiritual de la Menopausia: Soltando Lastre por Roslyne Sophia Breillart

La bella imagen es de Roslyne Sophia Breillart
Durante las primeras etapas de la menopausia, algunas mujeres experimentan un período de duelo que parece interminable. Este duelo es una faceta de un poderoso proceso emocional de muerte y renacimiento. ¿Y por qué la mujer debe pasar por un duelo durante esta fase de su vida?
Experimenta un duelo porque muere psicológicamente y llora una pérdida porque suelta el dolor del mundo a través de su útero.
Si renuncia a identificarse con su fertilidad, con ser madre, amante, esposa, secretaria, artista, recepcionista, mujer menstruante, conectará cada vez más profundamente con el misterio intemporal de su propia fuente interna.
La mujer es un insondable océano de amor, un eterno manantial de devoción hacia la fuente de su Diosa interior. En el fondo de su corazón desea de forma natural vivir en consonancia con este lugar de amor devoto. Pero demasiado a menudo se ve obligada a abandonar su santuario infinito de oscuridad lunar femenina para entrar en la deslumbradora claridad solar del externo sueño mundano masculino.
Su realidad reside en la receptividad interna esencialmente yin. No es la de la existencia, de los relojes, del tiempo y de las estructuras lineales; sino que su realidad es innatamente cíclica, ovular, circular, espiral. Cuando la mujer está demasiado ligada al mundo exterior de las creencias irreales en torno a la menopausia, no puede abrazar conscientemente el gozo y la libertad que hallaría si, en aquel momento, entrase profundamente en su cuerpo.

Aunque el período menopáusico significa un final, también ofrece la expansiva libertad de los nuevos comienzos. Si la mujer se cree la tergiversación de la sociedad moderna según la cual la menopausia es el fin de su vida como mujer real, sufrirá.
Por eso pasa por un proceso de duelo. Sufre porque el mundo moderno no honra su poder gentil y misterioso, sufre porque sabe, desde el fondo de su corazón, que ser mujer es mucho más que la superficialidad de la sociedad contemporánea.
Durante la transición menopáusica, su universo interno de oscuridad la atrae suavemente, gentilmente, profundamente y a menudo tumultuosamente hacia si.
En la mitología antigua, la mujer era la seductora sirena del mar que cantaba dulcemente a los náufragos para seducirlos y llevárselos hacia las oscuras cavernas de sus profundidades oceánicas. Nuestra civilización actual, la civilización que ignora el poder emergente de las mujeres menopáusicas, no puede captar su profundidad, porque prospera en las aguas superficiales de la irrealidad.
Cuando el dolor del amor insatisfecho entra en su útero, sucede a menudo que la mujer suprime el dulce perfume de su esencia, para poder enfrentarse al mundo exterior. Puesto que eso requiere una fuerza ajena a su ritmo cíclico femenino, crea un caparazón duro y, al mismo tiempo frágil, que esconde su vulnerabilidad y gentil fuerza.
Durante el viaje de la menopausia, la mujer se desprende de muchos dolores reprimidos, de forma que su sabiduría amorosa puede resplandecer a lo largo de esta fase de la vida que le concede la capacidad de realizar tantas cosas. Mientras, durante esta purificación única, la sabia y amorosa conciencia interna de su útero busca la liberación, la mujer a menudo derramará lágrimas de dolor y pena por la pérdida de todo lo que nunca más podrá ser.

Desde que empezó a menstruar, su profunda relación con el cuerpo ha cabalgado de forma innata y fluida con el ritmo cíclico de las fases de las mareas, las estaciones y la luna.
Como su amada madre tierra, la mujer experimenta eternamente un ciclo infinito de nacimiento, muerte y renovación. Cada mes es nutrida y colmada por la sabiduría de su ciclo menstrual, y cada mes potencialmente profundiza más en el misterio de su ser.
Lágrimas de amor, de nostalgia y de remordimiento a menudo afloran desde una pena profunda que ha formado parte del espíritu femenino durante siglos. Si se trata de una madre que ha puesto todo el amor en sus hijos, puede que ahora deba enfrentarse a la realidad de un nido y un corazón vacíos, ahora que sus niños han crecido de golpe, han desplegado sus alas y han volado.
Ahora bien, en el interior de su vacuidad tiene, esperándola, el tesoro. En el silencio y la calma tiene, esperándola, el poder. En el desahogo de su duelo tiene, esperándola, el gozo y la luz radiante.
¿Por qué se lamenta, pues, la mujer? Se lamenta porque esta pérdida inexplicable parece casi insoportable. Aún no sabe que las bendiciones que recibirá serán abundantísimas, porque antes debe experimentar el vacío. Se lamenta porque no ha sido reconocida, comprendida ni amada. Y cuando la preciosa copa, el cáliz sagrado de su útero, se haya vaciado del duelo, empezará a prepararse para una vida de sabiduría y de paz llena de gracia. Empezará a llenar su copa con la riqueza abundante de nuevas bendiciones.
Si se trata de una mujer que no ha sentido nunca la madurez de su útero a punto de dar a luz, que no ha sentido fluir dulce leche de sus pechos, que no ha sostenido sus criaturas dulcemente cerca del corazón y las ha nutrido hasta la madurez, quizás ahora lamenta que, irrevocablemente, nunca será madre. Nada puede parar este lamento, porque ahora es el momento en que debe desbordarse y debe desbordarse hasta que haya disuelto todo lo que inhibe el nacimiento de su sabiduría, su poder y su libertad.
¿Por qué, querida mujer, sufres tanto? En realidad no has perdido nada, porque no tienes nada que perder. Sin embargo, ahora debes sufrir, porque es una parte necesaria de la sabiduría que ha de nacer de ti.
Sufres porque estás soltando todo lo que en ti es irreal.
Sufres porque estás soltando todos los apegos a los roles externos y a los éxitos que has tenido.
Sufres porque ya no sabes quien eres.
Sufres por todas tus amadas hermanas, el amoroso poder de las cuales ha sido reprimido e ignorado durante siglos.
Sufres porque eres una mujer que vive en un mundo dominado por los machos.
Sufres porque anhelas que a las profundidades de tu útero llegue, tiernamente, y apasionadamente, un hombre que está demasiado ocupado pensando, haciendo y viajando a otros planetas para parar un momento y amarte a ti y a tu venerada madre tierra.

El proceso de duelo de la mujer durante la menopausia es una purificación que limpia el lastre del pasado que hay en su corazón, cuerpo, espíritu y mente. Las aguas purificadoras de sus lágrimas la obsequian con un sentido profundo de gozo, fuerza y libertad. Su nueva vida no puede emerger plenamente hasta que suelte conscientemente todo aquello que no pueda acarrear en su viaje de poder y sabiduría.
La mujer sufre un duelo porque ha acumulado capas de pensamientos, emociones y creencias que no corresponden a lo que ella es verdaderamente.
El duelo consiste en desprenderse de aquello que no es real en su cuerpo, en su corazón y en su psique. El duelo es la puerta de entrada de la sabiduría, el poder y la libertad.

2008 Roslyne Sophia Breillart
Copyright Roslyne Sophia Breillat ©
Prohibida la reproducción sin el permiso de la autora.

Este texto ha sido publicado aquí, con la autorización expresa de su autora.
¡Gracias Roslyne Sophia Breillat!


Roslyne Sophia Breillat es una mujer sabia que vive, escribe y pinta desde el corazón. Sus numerosos artículos y pinturas abrazan la sabiduría y la gracia de la esencia femenina y la belleza de la tierra.
Es autora de Womb of Wisdom ~ The Sacred Journey of Menopause (Útero de Sabiduría: El Viaje Sagrado de la Menopausia) y es reconocida como una escritora potente y valerosa.
Sus obras están publicadas en muchas páginas web y revistas internacionales.
Su página web (www.wildeheartwisdom.com) ofrece abundantes muestras de sabiduría femenina, fuentes de nutrición y inspiración.
Puedes contactarte con ella a través de su e-mail:  sophia@wildheartwisdom.com 

La traducción de este artículo al español ha sido realizada por
Sophia Style http://conectacontuciclomenstrual.wordpress.com
Eulàlia Pàmies http://lanostramenopausa.blogspot.com

¡Muchas gracias a ambas traductoras por esta importante labor!

LA VIDA ES MARAVILLOSAMENTE INTENSA Y NO TIENE PRISA: 
NO LE CREAS AL TIEMPO.
Germana 

La Formación de un Círculo de Mujeres Sabias por Jean Shinoda Bolen



Para transformar un grupo que ya exista en un círculo de mujeres sabias (o para crear uno nuevo) hay que considerar, en primer lugar, a los miembros.
¿Quién formará parte de este círculo?
¿Son sus integrantes mujeres maduras y esplendorosas?
¿Acaso todas y cada una de esas mujeres poseen sabiduría y compasión, sentido del humor, unas ganas locas de reír, temple y personalidad?
¿Se sienten ultrajadas ante la injusticia y la indiferencia?
¿Tienen ganas de hacer algo importante?
¿Sienten acaso que forman parte de una comunidad y tienen fe en la idea de que la vida tiene sentido y que nuestros actos son de gran relevancia?
¿Se preocupan del bienestar de los demás antes que del suyo propio, por los valores que se han perdido, por la supervivencia de un barrio o del planeta entero?
¿Han madurado en los momentos difíciles?
¿Podemos contar con ellas?
¿Poseen el tiempo y la energía suficientes para formar parte del círculo como activistas, personas contemplativas o madres de los clanes?
¿Será el círculo un santuario para ellas?
Las experiencias que se hayan tenido en otros círculos anteriores y la sabiduría que nos da la vida contribuirán a alimentar y mantener el círculo.
Además, también existen otras fuentes bibliográficas sobre el tema de los círculos que recomiendo encarecidamente.

Mi libro, The Millionth Circle, es un ejemplar delgadito, poético e intuitivo.
Es una obra zen en la que se explica el arte de la conservación del círculo.
Un enfoque mental, realizado con el hemisferio derecho, de los circulos sagrados.

Wisdom Circles de Charles Garfield, Cynthia Spring y Sedonia Cahill expone y enumera diez constantes en forma de sólidos principios para fundar círculos de sabiduría y sendas directrices para entrar en ellos.

El libro de Christina Baldwin, Calling the Circle es el que da las pautas más específicas de los tres libros propuestos.
Expone protocolos y preliminares, da una relación de principios e incluye una bibliografía y referencias al margen.
Es muy informativo e ilustra con varios ejemplos el propósito de la obra.

Los libros ayudan a formar y alimentar un círculo.
Son el alimento del pensamiento y brindan ideas para que las contemplemos.

Cuéntaselo a las demás y, juntas, sed visionarias.
Reflexionad sobre lo que queréis hacer y orad para encontrar el camino.

Las plegarias silenciosas centran los círculos de mujeres sabias.
Cada una reza a su manera para alcanzar la sabiduría, el valor, el conocimiento introspectivo o la compasión.
Que el bien más preciado penetre en el círculo y salga renovado de él.

Jean Shinoda Bolen
¨Las Diosas de la Mujer Madura¨

El Rito de la Menopausia por Miranda Gray



La menopausia, como la primera menstruación, es un cambio dramático en su expresión física y percepción mental, y tiene que ser reconocida como tal.
La creciente irregularidad del ciclo menstrual marca su inicio, y el modo en que afecta a las mujeres puede diferir mucho entre un caso y otro; pero lo cierto es que la mujer que ha tomado plena conciencia de las fases que ha atravesado a lo largo de su vida menstrual podrá aceptar con mucha más facilidad los síntomas y el significado de la menopausia que aquella que desconoce su verdadera naturaleza. Para quien conoce plenamente su condición, los ciclos erráticos son los últimos “dones” con los que contará antes que sus ritmos cesen por completo y su percepción y energías cíclicas finalicen. Como si fuese una niña, la mujer posmenopáusica centra todas sus energías creativas en una sola dirección, pero mientras la orientación infantil es externa, la de esta mujer se dirige hacia su propio interior; si las energías de la niña son lineales y las de la mujer menstrual cíclicas, las de la mujer posmenopáusica pueden considerarse un “punto de origen” o “fuente”.
La vida menstrual femenina es una serie de descensos al mundo interior que se producen durante la menstruación y tienen por finalidad renovar las energías creativas y devolverlas al mundo exterior; la mujer menopáusica también desciende hacia su oscuridad interior, pero a veces el flujo de sangre no aparece y ella no consigue regresar renovada a su fase joven; poco a poco esa transformación desaparece por completo y la mujer ya no sale de su fase de introspección. A diferencia de lo que sucede cuando aún experimenta la menstruación, sus energías no se manifiestan en el mundo exterior sino que toman forma en su mundo interior, y su percepción deja de ser cíclica para convertirse en un equilibrio entre los mundos externo e interno.
Desde esta beneficiosa posición de constante conciencia acerca de ambos mundos, la mujer posmenopáusica es por propia naturaleza sacerdotisa, chamana, sanadora y vidente, pues cuenta con la ventaja de poder acceder continuamente a aquella dimensión interior de la vida a la que sólo llegaba una vez al mes durante su faceta de mujer menstrual. Por ello el conocimiento y la claridad interior propios de la anciana eran ampliamente reconocidos en las culturas del pasado, donde se le veneraba como consejera, guía y representante de la tradición, además de cómo vínculo entre el mundo espiritual o ancestral y la comunidad.
En las leyendas del Grial, la anciana Igraine –madre del Rey Arturo- decide retirarse de la corte para refugiarse en el otro mundo y dirigir desde allí el Castillo de las Doncellas; aunque ha dejado de actuar en la corte terrenal, ejerce su influencia sobre ella y la guía desde el más allá, y se le considera poseedora de la tradición femenina y tejedora del destino de su hijo. Al igual que la mujer posmenopáusica, Igraine reside en el mundo interior, desde donde percibe el mundo exterior y establece una relación de mutua influencia con él pero desde otra perspectiva; no se le describe como una mujer débil, deteriorada y frágil, sino como una persona fuerte y poderosa.
Como reina del Castillo de las Doncellas, el símbolo de Igraine refleja la enseñanza que la mujer posmenopáusica tiene que impartir a la joven, y en particular a la niña que ha comenzado a menstruar. En el ritual de la primera menstruación la mujer de edad encarna aquella dimensión interior presente en todas las fases del ciclo menstrual; su percepción no se limita a la fase de sus ciclos menstruales: ella está presente en todas las fases y dentro de cada una de ellas; encarna la totalidad del ciclo. Cuenta con la experiencia de su pasado menstrual y tiene la capacidad de ponerse en contacto con el futuro, así que en sus enseñanzas puede hacer referencia tanto a la muerte como a la naturaleza cíclica de la vida. Ella es la fase del ciclo y la sangre de la menstruación, pues retiene sus propias energías menstruales así como su sangre; de hecho, en Blancanieves y la Bella durmiente quien da inicio a la menstruación es una anciana, ya que en estas historias ella encarna la primera sangre que se derrama.
La mujer posmenopáusica tiene la capacidad de ofrecer a sus hijos su conocimiento y experiencia acerca del mundo interior, la divina fuente creativa y la espiral del linaje; también ama y cuida, pero esta vez superando el rol de mujer que nutre y alimenta: en esta etapa tiene la misión de iniciar a otras mujeres a la conciencia espiritual. Incluso en la sociedad moderna, tan materialista, esta dimensión espiritual interior se refleja en la gran cantidad de ancianas que forman congregaciones espirituales y religiosas. La mujer posmenopáusica es una activa guía espiritual e iniciadora, y en consecuencia todas las mujeres premenopáusicas son sus hijas y las posmenopáusicas sus hermanas.
El ritual de transición de la menopausia marca la aceptación de que la antigua percepción cíclica de la mujer ha muerto, el despertar al mundo interior femenino, y el último descenso hacia la oscuridad que hará posible que la mujer se transforme en la reina del submundo, la guía de las almas y la madre oscura. Tal y como sucede con el ritual de la primera menstruación, quien pasa por él necesita sentir después que su percepción y su vida han cambiado, así que cada mujer debería contar con un ritual diseñado exclusivamente para ella, pero siempre incluyendo las siguientes pautas:

  1. La aceptación del pasado y la pena ante su desaparición.
  2. El descenso final hacia la oscuridad, y la muerte de la vieja percepción.
  3. El despertar a la oscuridad como reina del submundo o madre oscura.
Miranda Gray
"Luna Roja. Los dones del ciclo menstrual"


La imagen es de Gioa Albano
www.albanogioia.com

La Diosa Tripartita y su Menopausia Sabia por Aída Suárez

«Es mujer, es carne, es sexo, es sentido, es semilla.»

Para un patriarcado orientado sobre todo hacia la juventud, convertirse en mujer mayor es convertirse en alguien invisible, en una no-entidad. Pero desde una visión arquétipa esta tercera etapa es una época de plenitud e integración personal, en la cual nuestros actos devengan la expresión de nuestra identidad más profunda.
Al final de la década de los treinta o al inicio de los cuarenta la mujer puede empezar a sentir un persistente sentido de pérdida, generado por esa valoración patriarcal de la juventud y la menopausia llega sobre los cincuenta, cinco años más, cinco años menos; digamos entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cinco. Generalmente es la mujer quien decide que ha pasado la menopausia y se ha transformado…pero llegadas a esta edad las mujeres no tienen una idea clara de la persona en quien van a convertirse, no conocen o no comprende que se encuentran en el umbral de una etapa de sus vidas en la cual desarrollan su personalidad como jamás lo habían hecho antes.
Pero… ¿como puede la mujer estar preparada para recibir los cambios de su cuerpo, cuando tenemos por ejemplo, una píldora anticonceptiva que te inhibe por completo la menstruación o tratamientos de substitución hormonal que pueden provocarte la menstruación?
En mi opinión estas dos cosas, entre otras muchas, complican mucho más de lo que ayudan.
Es verdad que entre los síntomas de la menopausia se da un cierto malestar físico y psicológico; y la reacción de los demás, especialmente de los hombres, hace de la menopausia un acontecimiento fisiológicamente confuso que la mayoría de las mujeres no celebra. También he observado que muchas veces este cambio, esta época puede ser de intenso tumulto emocional en el que la mujer se ve enfrentando a los sueños perdidos, a las decepciones y los rechazos que han ido llegando al vivir una vida plena. Y coincide, también, con otros cambios: cambio de rumbo profesional o jubilación anticipada, la salida de los hijos de casa, etc.; Con el inicio de la menopausia, cada acontecimiento puede provocar cambios profundos tanto en la mente como en el cuerpo.
Los cambios hormonales y los síntomas de la menopausia a menudo hacen que entendamos el entrar en la tercera etapa de manera fisiológica (si bien el cese de la menstruación no implica convertirse en una mujer sabia, ni tampoco llevar el tipo de vida de una mujer que está viviendo su tercera etapa).

«Las mujeres no tienen sofocos; tienen oleadas de poder.»

La menopausia como la menarca (el inicio de la menstruación) son dos rituales importantes en la vida de una mujer, marcan las transiciones principales de este importante ciclo (los misterios de la sangre), que vinculan a las mujeres, la luna y la divinidad femenina.

«Conscientes una de otras.»
Cuando me refiero a la menopausia como la tercera etapa, estoy considerando las tres etapas de la vida de la mujer, su triplicidad.La Diosa Tripartida.
La niña que empezaba a sangrar y se convierte en doncella = luna creciente = primera fase.

La mujer que se queda embarazada por primera vez, gestar vida = segunda fase (si bien no es necesario convertirse en madre biológica para entrar en esta fase o para gestar), se dice que durante el embarazo y la lactancia la mujer retiene su sangre en el cuerpo para hacer un niño. En la segunda fase las mujeres que toman compromisos y, al asumirlos, maduran, están gestando vida, esta etapa es la de la entrega y el esfuerzo activo, del compromiso (con una persona, profesión, causa, talento, etc.).

Por ultimo la menopausia = cese de el sangrado menstrual = luna menguante, la mujer retiente su sangre en el cuerpo esta vez para Gestar Sabiduría.

Doncella, Madre, y Anciana, las tres etapas de la diosa tripartida, los estadios de la vida de una mujer con indiferencia de que haya o no dado a luz.

«Doncella * Madre (o matrona) * Anciana»
«Mujer Joven * Mujer Madura * Mujer Sabia»

« ¿Qué pasaría si cada vez que una mujer tuviera un sofoco, sintiera realmente una ola de energía (de cómo si sus arquetipos de sabiduría y autoridad interior fueran activados?»

Texto desarrollado y adaptado por Aída Suárez


Imágenes de Gloria Lizano López
http://glorializanolopez.blogspot.com/
¡Muchas gracias!

Referencias literarias:
* El viaje heroico de la Mujer, Maureen Murdock
* Las Brujas no se quejan, Jean Shinoda Bolen
*Las Diosas de la Mujer Madura, Jean Shinoda Bolen

La Menopausia por Jean Shinoda Bolen

A diferencia de cuando se cumplen los cincuenta, pasar la menopausia es un episodio muy privado. Para la mayoría de las mujeres, la menopausia llega sobre los cincuenta, cinco años más, cinco años menos; digamos entre los cuarenta y cinco y los cincuenta y cinco años. Generalmente es la mujer quien decide que ha pasado la menopausia y le ha llegado el momento de cambiar de bando cuando lleva sin menstruar durante un año. No obstante, la mayoría de las mujeres experimentan ciertas irregularidades que dificultan el poder ser exactos. Hay períodos regulares en que la menstruación cesa, para volver a iniciarse luego, y suelen observarse con frecuencia pérdidas durante cortos períodos. Para complicar todavía más el asunto, los tratamientos terapéuticos de sustitución hormonal pueden provocar la menstruación, mientras que la extirpación del útero o la quimioterapia hacen cesar la menstruación de manera artificial. Ciertas mujeres perimenopáusicas lamentarán el fin de sus años fértiles, pero habrá otras que se sentirán liberadas. Algunas quizá se preocupen por la posibilidad de quedar embarazadas durante la menopausia, otras, en cambio, desearían que así fuera. Es verdad que entre los síntomas se da un cierto malestar físico y psicológico; y la reacción de los demás, especialmente la de los hombres, hace de la menopausia un acontecimiento fisiológicamente confuso que la mayoría de las mujeres no celebran.
Sin embargo, el panorama no es así necesariamente. Han existido, y todavía existen, culturas que muestran su respeto hacia las mujeres mayores o sabias, cuya menopausia se convierte en el momento que marca la transición hacia una condición nueva y honorable. Esto es lo que sucede cuando se considera que las mujeres se reflejan positivamente en la naturaleza y viceversa. Como ocurre en muchas de las tradiciones tribales de los indígenas americanos, la monarquía (el inicio de la menstruación) y la menopausia marcan las transiciones principales de este importante ciclo (los misterios de la sangre) que vincula a las mujeres, la luna y la divina feminidad.
Sea en su aspecto de cuarto creciente o cuando se muestra llena y esplendorosa, sabemos que observamos sólo una faceta de la esférica luna. Del mismo modo, los antiguos veían a la diosa como una, aun siendo tripartita dadas sus tres facetas de doncella, madre y anciana. Observaban los ciclos de la luna, de las estaciones y de la fertilidad de la tierra, y también los ciclos de los cuerpos de las mujeres, que compartían sus mismas características.
En la antigüedad y en las tradiciones indígenas, cuando una niña empezaba a sangrar, se convertía en una mujer que iniciaba la etapa de doncella, el equivalente metafórico a la luna creciente. Un ritual marcaba su nueva condición. Después del comienzo de la menstruación, sus períodos menstruales entraban en sincronía con el de otras mujeres (como ocurre con las mujeres que comparten dormitorio o piso de estudiantes) y con la luna. De esta manera, la joven sangraría una vez al mes durante su menstruación o “período lunar” hasta que quedara embarazada. Su primer embarazo era una iniciación a la segunda etapa de la vida, correspondiente a la luna llena y la segunda faceta de la diosa tripartita. Cuando quedaba embarazada, se decía que retenía la sangre en el cuerpo para hacer un niño. Sólo después de dar a luz, y finalizada la lactancia, empezaba a menstruar de nuevo. El proceso se repetía hasta que la mujer volvía a quedarse embarazada o hasta que entraba en la menopausia. El cesamiento de la menstruación marcaba luego otro cambio fundamental. De nuevo se decía que la mujer retenía sangre en su cuerpo; sólo que entonces no era para gestar a un niño, sino para gestar sabiduría. La menopausia marcaba el paso a la luna menguante, y era la iniciación a la etapa de la mujer sabia o anciana.
En muchas tradiciones indígenas americanas, cuando la mujer dejaba de menstruar, podía ser elegida para convertirse en madre del clan o incorporarse a la tienda de las abuelas. La sabiduría adquirida era un valor positivo, y el interés de la anciana se extendía ahora más allá de su familia para abarcar a todos los niños y al bienestar de la tribu. En esta clase de sociedades la mujer postmenopáusica ostentaba claramente un lugar y una posición honorables.

Jean Shinoda Bolen
"Las diosas de la mujer madura"
(Introducción)